4 feb 2010

Entrevista

Una entrevista que me hacen en Radio Nacional, más el audio, por acá

(gracias a la editorial El Colectivo por colgarla)
Extracto:


La entrevista radial fue emitida el pasado miércoles 13 de enero, en el programa "Tarde o temprano". Consultado sobre el derecho a la protesta, afirmaba: "Yo no le agradezco a nadie que no reprima. No se debe reprimir. Lo que hay que exigir es que se garanticen las obligaciones que establece la constitución. Y esto implica, por ejemplo, garantizar a todos un piso básico de derechos sociales, y eso no se hace. Este gobierno, como los gobiernos anteriores, tratan los derechos como si fuese una cuestión de privilegios. Sin embargo, los derechos son derechos y deben garantizarse de forma incondicional a todos".

"Para quienes estamos involucrados en el derechos, no debemos perder de vista aquello que de hecho es prioritario, que es atender las necesidades básicas de todos. Y eso implica redistribuir recursos, eso implica cuestionar la estructura de propiedad, eso implica repensar el modo en que ejercemos la coerción penal también. Porque el Estado no tiene la capacidad infinita para ejercer la coerción penal, entonces tiene que seleccionar a quién reprocha y a quién no. Entonces cuando uno mira, en Argentina y en cualquier país del mundo, uno ve que sociedade heterogéneas persisten en tener composiciones carcelarias homogéneas. Eso habla también de un problema serio".

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Los derechos deben cumplirse pero hay que tener en cuenta que no existen derechos ilimitados. Por lo tanto su ejercicio no debe impedir otros para evitar colisiones debe intervenir el Estados. Es el ej del derecho a protestar no puede ejercerse en forma absoluta impidiendo el derecho a la libre circulacion.

rg dijo...

eso es exactamente lo contrario de lo que digo, y lo que escribi en dos mil lugares, asi que ahora no me voy a extender sobre el punto. la unica discusion que importa es cual es el limite, y no basta que me digas "el derecho de los demas," porque mil veces, amparados por el derecho, le pasamos por arriba: al del patron cuando hacemos una huelga; al de los funcionarios publicos cuando los destrozamos en la critica y ofendemos su honor. o sea que todo eso, disculpame, y no es por vos, pura paparruchada

Alejandro Kafka dijo...

Evidentemente el Anónimo no escuchó el audio de la entrevista. RG estuvo muy claro con respecto a que no debe perderse de vista que los derechos nos son todos equiparables, hay derechos prioritarios.

Y está en las autoridades políticas y judiciales, pero también en los ciudadanos "de a pie", saber discernir esto, sopesando cuáles son los derechos en juego y quiénes son los actores involucrados en "las colisiones".

Anónimo dijo...

El problema de anónimo 11.24 es que trata de analizar la colisión de derechos en abstracto.

Siempre debe estarse a lo que sucede en el caso concreto. Por ejemplo no es lo mismo cuando quien reclama -mediante piquete- se encuentra "al margen" de la ley, de aquel que tiene otros recursos para acceder a una solución a su problema (lease protesta del campo).

Para mi el límite de la protesta justamente esta dado cuando esta excede el motivo que la originó y busca además de la solución, revancha vengaza u ofensa, y, también -yendo al caso de la libre circulación-, cuando se utiliza a los demás como simples medios para lograr un objetivo.
La protesta permite cortar una calle, como forma de expresión de la disconformidad y del reclamo, pero no permite cortar todos los accesos posibles a determinado lugar, eso sería, justamente, un exceso en la manifestación del derecho.

Muy bueno el audio!!
Abrazo!
Marcos.

Anónimo dijo...

Soy el anonimo de 11:24 y ejercer un derecho no implica pasar por encima de nadie, ya que hacerlo significaria vivir con la ley de la selva. Cosa que ni yo ni vos queremos.
Debe privar la racionalidad y la prudencia. Ej si critico a un funcionario publico, tengo derecho a expresar mi desacuerdo con sus actos (no es ofender) pero no tengo derecho a difamar o a acusar sin pruebas.
Ese es el limite a la libertad de expresion, limite necesario para lograr la convivencia en la sociedad.
Debo usar de mi derecho pero no abusar.

jh dijo...

Ánónimio de las 12:48

Tu idea de la libertad de expresión es muy pobre. Uno de los principios básicos de la libertad de expresión es que no se puede prohibir la difusión de una determinada idea simplemente porque ofende, hiere, molesta, o perturba a un grupo determinado de personas. Por eso es que en EEUU se reconoce, por ejemplo, el derecho de quemar la bandera estadounidense como forma de protesta.

De la misma manera, la Corte argentina ha dicho que no puede castigarse las expresiones críticas contra un funcionario o figura pública simplemente porque son ofensivas. Y que la crítica está protegida aunque sea formulada en términos hirientes, agresivos, etc. Por eso es que el humor político -que es hiriente y ofensivo- se encuentra protegido por la libertad de expresión.

En cuanto al derecho de protesta, creo que tu postura parte de una premisa errónea que es que las calles tienen como única función el tránsito. Y eso no es correcto. Las calles, las plazas también son lugares destinados al ejercicio de la libertad de expresión. Es claro que este derecho no es absoluto pero no podés simplemente invocar el derecho a transitar porque entonces estás básicamente desconociendo el derecho a protestar. Se trata de buscar formas de armonización (por un determinado tiempo, aviso previo, etc) pero siempre debe tenerse presente la prioridad de la libertad de expresión cuando se trata de la participación de los ciudadanos en el autogobierno colectivo.

SAludos
Julio

Anónimo dijo...

http://www.youtube.com/watch?v=MYlQpmJEuso
http://www.youtube.com/watch?v=KDV2x-PHBps&feature=related

Pablo Cistoldi dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Pablo Cistoldi dijo...

Un simple dato, uniendo esta entrevista y los textos de un debate con Anitua - Gaitán. Quizás una herramienta adicional para analizar algunas posturas minimalistas y buscar algo mejor sea la teoría de juegos (especialmente, juegos de n jugadores sobre bienes comunes). Básicamente, todos maximizan su utilidad individual usando un bien común hasta que lo agotan.
En nuestro caso, el "juego minimalista" sería la inversión de aquél: para evitar que las agencias represivas destruyan a las agencias que las controlan (catástrofe general), éstas deben concederles o "sacrificar" algo (catástrofe para un "cliente" del sistema). Y por otro lado, a veces las defensas, para evitar una catástrofe individual, asumen posturas que generan un goteo de indignación que es campo fértil para campañas de tolerancia cero (catástrofe general).
Es difícil salir de este juego si no se rompen las reglas. Comparto la vía deliberativa, porque implica crear un contexto diferente y un juego con reglas distintas. Y en el plano del cambio cultural, uno de los modelos de mediación (el transformativo), apunta a mejorar la calidad de ese juego.