11 mar 2015

El legado de Zaffaroni en la Corte

De don S. Elías, interesante, acá

18 comentarios:

Anónimo dijo...

No tenia las manos tan desatadas cuando negaba habeas corpus, o escribia el codigo de justicia militar. Esa costumbre de volver todo en terminos de metaforas es lo que impide ver a las personas de carne y hueso. Mi impresion es que es un juez que se acomoda de acuerdo a como va el viento, y que aprovecha a darle al maximo a la publicidad cuando hace un aporte minusculo, a la par de hacer carrera a lo bobo. Conocido por su no laburar y con credenciales internacionales por lo menos dignas de examen detallado, teniendo en cuenta como funciona el mundo corrupto academico. Su tratado es un juego simbolico donde todo lo que no le gusta es nazi, y todo lo que va para su molino es una especie de heroe. Es en esa logica en la que se forman los estudiantes de derecho, antes que ulises, hercules, o no se cuanta pavada por inventar, porque no probamos con panqueque, acomodaticio, converso, etc. etc. tal vez esa linea metaforica argumental, ya que tanto les gustan las metoforas, hace mejor justicia a juez del pueblo.
marcia

Anónimo dijo...

Dice Elías: "Es en los casos importantes donde se ve de qué están hechos los jueces".
No estoy para nada de acuerdo. En los casos grandes, para bien o para mal, cualquiera se luce. Creo que la actividad de un juez Supremo merece ser medida por los casos chiquitos, por los cotidianos, por aquellos sin grandes estridencias. Si Elías hubiera seguido esa senda, tal vez su conclusión fuera otra.

rg dijo...

no se en qué te basás para hablar de "esa costumbre de las metáforas". hay quienes usan metáforas, quienes no, hay metáforas productivas, otras que no. el punto no es la metáfora, sino que la metáfora sirve si ayuda a ver el punto. si no te sirvió, mala leche, aunque para mí la metáfora es buena

Anónimo dijo...

Sebastián:

Te conozco y respeto y valoro el esfuerzo, que es un repaso de fallos que Zaffaroni ni siquiera debe haber escrito. Solo guiado y corregido en detalles destinado a un anal de fallos que, hoy por hoy, le importan muy poco.

Pasa que Zaffaroni es al kirchnerismo lo que Barra ó Nazareno al menemismo.

Fue una vergüenza absoluta su paso por la Corte porque, en primer lugar, carecía de las condiciones éticas y morales (empezando sencillamente porque era un grosero evasor impositivo, y terminando en sus departamentos alquilados para el ejercicio de la trata de blancas) para ocupar el sitial que ocupó.

Un personaje de cuarta que, a lo único que nos debe llevar a reflexionar, es cómo la "izquierda" y "progresía" de las marquesinas protegió cerradamene a alquien que por lo que hizo -en los setenta y ahora- no merece el más mínimo de los respetos. Es decir, como la ideología lava a sus impresentables, como la derecha lava a quienes le son funcionales a sus intereses.

Hablar de sus fallos es anecdótico porque hay una sola posición frente a alguien como Zaffaroni (o Barra o Nazareno). NO QUEREMOS MÁS JUECES COMO ESOS EN LA CORTE SUPREMA. BASTA!

Saludos,

Anónimo dijo...

"El ejercicio que propongo consiste en trazar un continuo imaginario entre dos extremos (aquel de quien “opera ideológicamente” sobre el derecho en persecución de su agenda sustantiva y aquel otro de quien intenta alcanzar la respuesta “jurídicamente correcta” de buena fe) y tratar de ubicar la posición que Zaffaroni abraza en los fallos analizados en algún punto de ese espectro" Si bueno, si se sirve ese espectro, alla vos, es como darte a elegir entre blanco y negro. Asi te condiciona facilmente el pensamiento, segui con las metaforas.
Marcia

Anónimo dijo...

Al segundo anónimo: a Zaffaroni no se lo puede analizar por su actuación en los casos pequeños sencillamente porque se la pasó de viaje y tuvo poca intervención. Todo era manejado por sus letrados en los pocos casos que firmaba. Elías no se mete con eso porque sino parecería que está ensañado con ERZ.

Anónimo dijo...

Zaffaroni "no trabajó" en la Corte salvo a pedido del gobierno con temas que le podía ayudar. Nunca hizo nada desde el punto de vista penal, no iba nunca, siempre de viaje. NO ES UN CARGO PARA ÉL. NO LO MERECÍA. UN MERCENARIO. UN HOMBRE INTELIGENTE QUE HA DEJADO UN DESASTRE POR DONDE PASÓ.

LASTIMÓ AL PODER JUDICIAL Y AHORA LO HARÁ DESDE AFUERA.

SALUDOS
ANDRES

SebaE dijo...

Hola Marcia,
Entiendo que no te gustó la forma en que encaré el repaso de algunos fallos que, para mí, pintaron de forma bastante aproximada al Zaffaroni juez de Corte (juez que, al igual que a varios otros comentaristas), no me gustó, como creo que queda claro en la nota.
Pero creo que te equivocás cuando decís que pongo las cosas en términos de blanco o negro. La verdad es que digo expresamente que se trata de una cuestión de grados y uso los extremos para poner referencias y colocar a Zaffaroni donde yo creo que estuvo, nada más.
Respecto de quien dice que la actividad de los jueces se mide en los casos cotidianos, creo que hay mucho de verdad en eso y que merecería matizar mi aserto en el texto que esa persona critica. La idea que quise expresar es que los casos calientes, de un modo u otro (y varios de los que cité lo eran), muestran cuánta independencia de criterio tiene un juez y cuán dispuesto está a sujetarse al derecho (por oposición a crearlo) cuando hay presiones diversas.
Muchas gracias por tomarse el tiempo de leer y comentar.
Saludos.

SebaE dijo...

Al anónimo que me conoce y (afortunadamente!) respeta: muchas gracias también por tus comentarios. Creo que hay mucho para decir en línea con lo que vos señalás, pero no era el tono del texto que quise escribir. Coincido en que no queremos (al menos vos y yo) más jueces supremos con ERZ.
Saludos.

Anónimo dijo...

estimado sebastian, no me parece mal que quieras examinar el rol de zaffaroni, solo me referia a que con un repaso de algunos precedentes, se puede cuestionar el nivel informativo del texto, podriamos argumentar con otros fallos, pero depende en ultima instancia de la perspectiva. El caso es que la situacion de Zaffaroni reconoce un estadio previo de analisis, no se puede ser juez de la corte, y luego defensor de funcionarios publicos, asi como tampoco evitar pagar impuestos, o no tener ni idea de los inquilinos que tenes en los departamentos. Examinar a Zaffaroni desde la perspectiva juridica termina siendo reduccionista, es como decir, "no me importa que sea un caradura" lo importante es que sea juridicamente correcto. El examen es posterior al examen juridico, y creo que Zaffaroni no debio haber superado nunca ese filtro. Luego, tu examen es bienvenido, al margen de que creo que el uso de las metaforas, lejos de explicar, terminan favoreciendo a este crapula acomodaticio. Saludos, Marcia

Anónimo dijo...

ya lo dijo Julio Barbaro, Zaffaroni le aporta a la justicia, lo que Schoklender a los derechos humanos.
Marcia

rg dijo...

gracias Sebastián por participar (bancando algunas de las amarguras propias de los blogs). sí puedo decirte que tu nota la leyó mucha gente

Anónimo dijo...

Roberto, no te lo tomes a mal, y excusame la intervención a destiempo, pero hay algo de esta entrada que me provoca una sensación rayana con la indignación.

Paso a explicar: hace años que vengo interviniendo como defensor en causas seguidas a militares. Esa actividad de la que, en lo personal, me enorgullezco, me costó, como mínimo, que muchos colegas me hayan retirado la palabra. Literalmente.

Además he debido enfrentar juicios que son ejemplos paradigmáticos de lo que en las facultades enseñan son los juicios inquisitivos. De inicio he comprobado una y mil veces que el militar es culpable hasta que demuestre lo contrario. Esos juicios, las más de las veces, se encuentran plagados de intervinientes que, aulas adentro, les dicen a sus alumnos que el derecho penal debe ser mínimo, y que el respeto a las garantías procesales de los imputados es sagrado.

Así la hipocresía se conformó en la más corriente de las monedas con las que me he topado por años.

Esos juicios están impulsados justamente por determinados fallos de la CSJN que, en mi opinión, y ninguna duda tengo de lo que digo, fueron expresiones políticas de gobierno de la Corte. Una Corte que fue conformada justamente para escribirlos.

Zaffaroni, con todos lo datitos de los que habló Terragno hace años, es una pieza fundamental en ese engranaje, porque es la pluma responsable de las mayorías en casos en los que, como en Arancibia Clavel, nadie se detuvo dos segundos en comprobar que, hubiera hecho lo que hubiera hecho este chileno, no podía tratarse jamás de un delito de lesa humanidad, por la sencilla razón de que el Plan Condor no había iniciado. Y existe profusa literatura que tiene dicho que el presunto plan de aniquilación pergeñado por los yankees comenzó meses más tarde con una colaboración militar entre Chile y Paraguay, de la que todo lo que existe es un memorando de agradecimiento, que ninguna referencia hace a hechos concretos.

Pero dejando todo ello de lado, lo que me provoca un decidido malestar es cuando escucho que en ámbitos como estos, aparecen abogados que aceptan que, quizás podría considerarse que la revocación de las leyes de obediencia debida y punto final, no está del todo "fundamentada".

Dónde estuvieron todos estos años??? Dónde se escondieron??? Tengo en mi haber doce defendidos muertos durante su juicio, y nunca nadie jamás, por fuera de las defensas, se presentó como amicus curiae, o se sentó a escribir un artículo de doctrina, que ofreciera esa visión de lo que debía considerarse derecho.

Y no se porqué pero me imagino que en unos años, cuando todo pase, van a aparecer muchos. Porque la hipocresía es la más corriente de las monedas.

Anónimo dijo...

Hola Marcia: respeto tu visión del análisis jurídico como reduccionista, aunque no la comparto. La verdad es que, aunque tenes razón respecto de que más fallos podrían haber agregado elementos de relevancia para el análisis, eso es algo que excede las posibilidades de una entrada de blog. Adicionalmente, luego de haber leído muchos votos de ERZ, tiendo a pensar que haber agregado más fallos no hubiera alterado demasiado mis conclusiones. Mi análisis es exclusivamente jurídico porque pensé que allí tenía algo para aportar y porque creo que es un debate útil. No pretende desplazar o sustituir el fundamental análisis de idoneidad moral que propones. Creo que lo complementa, y nos sirve desde una perspectiva que trasciende a ERZ. Nos sirve pensar sobre tipos de jueces. Pero claro que me importa si el tipo o la tipa es un crápula. Eso es previo a todo lo demás. Simplemente no es el análisis que intentaba hacer en esa nota. Gracias por leer y comentar; se aprecia mucho.

Respecto del anónimo a quien mi entrada causó una sensación rayana en la indignación: comprendo la situación profesional y personal que el ejercicio de la defensa de imputados en causas de las mencionadas le ha causado. Conozco bastante bien muchos de los problemas y vicios que menciona. Ahora bien: no comprendo cómo puede causarle indignación un texto que resulta abiertamente crítico de fallos como "Simón" o "Mazzeo" (también "Esposito", que junto a "Arancibia Clavel" prepararon el terreno para aquellos). La critica puede parecer insuficiente a algunos, pero no debe perderse de vista que: 1) no es una nota sobre la jurisprudencia en cuestión exclusivamente, sino sobre la filosofía judicial de ERZ y, en consecuencia, intenta mostrar distintos tipos de casos; y, b) tiene las limitaciones de espacio de una entrada de blog. No me gusta, no obstante, caer bajo la acusación de hipocresía, puesto que he sido muy crítico de la jurisprudencia de la CSJN y de la Corte IDH en la materia, en diversos artículos publicados aquí y afuera. Y fui uno de los pocos que sostuvimos esa postura muy crítica desde un comienzo y a pesar de la impopularidad de esas ideas jurídicas. A modo de simple ejemplo, que quizás interese al indignado comentarista, menciono dos textos: "Simón (o de cómo las buenas intenciones pueden socavar el Estado de Derecho)", en JA 2006, y "Justicia internacional y justicia transicional (a propósito del caso Gomes Lund)", en el número especial sobre justicia transicional de la Revista de Derecho Privado y Comunitario. Roberto fue otro de los que sostuvo una visión crítica de la jurisprudencia interamericana usada por la CS en estos casos.

Roberto: muchas gracias por la difusión y la oportunidad de debatir, como siempre. Un abrazo.

SebaE

Anónimo dijo...

Al anónimo anterior, le sugiero que lea este artículo de Elías escrito hace ya 8 años:

http://digitalcommons.law.yale.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=1057&context=student_papers

Anónimo dijo...

De nada sebas, coincido en que no se superpone la discusion, saludos. MArcia

SebaE dijo...

Gracias, Marcia, y gracias también al resto de quienes se sumaron a comentar y discutir. Me sirve mucho, porque quiero seguir pensando sobre este tema, en un marco que excede a ERZ.
Saludos.

Anónimo dijo...

Al Sr. Elías,

Aquí el anónimo que acusó de hipocresía.

Primera aclaración: lo que fue formulado como una crítica personal (ahora que me releo, gracias a tu llamado de atención, me doy cuenta) no tenía esa intención.

Te pido entonces, con toda sinceridad, disculpas. Honestamente.

Paso además a ubicarte en mi apartado de abogados con hagallas, dentro de los que tengo a Daniel Pastor, Natalia Barbero, Hilario Lagos, unos cuantos defensores oficiales -destacadísima Verónica Blanco- y un puñado más.

Quizás sirva para entender mi exabrupto que el tema me ha tocado demasiado cerca, en mi familia, y lo hizo de un modo tan arbitrario, desmedido y lesivo, que a veces no puedo evitar hablar (vomitar), sin medirme.

A eso se suma que, en mi opinión, se trata de un tema que en el ámbito del derecho (hablo como si de una generalidad se tratara: academia, poder judicial, profesionales independientes, ongs´s) recibió dos modos de tratamiento generales, que se circunscriben al aplauso en un caso, y al silencio en el otro.

No soy dueño de verdades absolutas, sino de las mías. Y en mi catálogo de verdades, aplaudieron los que encontraron allí la oportunidad ubicarse, o de mejorar su imagen, y callaron los que sabían que algo olía a pescado podrido, pero comprendía que la batalla cultural estaba perdida, y que de poco valía alzar la mano para decir que por más malos que fueran algunos militares, no merecía la pena torcer todo el derecho para castigarlos.

Y para empeorar aún más el cuadro: quienes estuvieron en decidido control de la herramienta de castigo son tipos que, en su hora, fueron cómplices y hasta instigadores de cuanto los militares hicieron.

Así el mensaje que se amplifica hasta el hartazgo es que los militares eran unos hijos de tal por cual que hicieron lo que quisieron (verdad parcial), y que el castigo penal es la única vía disponible para reparar sus actos (mentira).

De vuelta, disculpame por llamarte hipócrita.

Saludos.

ps1: apuesto a que el dato de la fecha de Arancibia Clavel no lo tenías.

ps2: ERZ es un marco posible para la discusión, porque es probablemente el mejor ejemplo de la conducta de los hombres que integran el primer grupo que describí; una inagotable suma de convenientes contradicciones que capitalizó para llevar una carrera que lo puso en la cúspide judicial. Fíjate como el año pasado salió a atacarlo a Massa, y luego no le quedó otra que cerrar el pico, en cuanto éste sacó a relucir uno de sus sobresalientes habeas corpus. Dentro de mis verdades, un mal tipo, y creo que a la vista de todos.