1 oct 2015

Nuevos comicios para Tucumán, 5. Piruetas verbales


En un texto publicado en un medio de Tucumán, acá, Lucas A. vuelve sobre el fallo de Cámara y Corte en Tucumán, y a las elecciones anuladas y luego validadas. El texto es mejor que el muy desafortunado que apareciera bajo su nombre en Página hace unos días (a), pero igual tiene problemas serios. Vemos algunos:

1) Lo positivo: quedan en claro puntos que merecían enfatizarse, y con los que coincidimos. Ejemplos: Reconoce que hubo "un proceso eleccionario polarizado con muchas denuncias y serias irregularidades, después de la represión por parte de la policía del gobernador Alperovich ante un ejercicio legítimo del derecho de protesta, la detención ilegal de varios de los participantes de esa manifestación pacífica, la selectividad política contra militantes del Partido Obrero durante una semana sin pruebas en su contra, la violencia policial y la arbitrariedad en su restricciones de la libertad, la manipulación mediática a nivel nacional y al juego autodestructivo en el que tanto oficialismo y oposición suelen sumergirse". Menos mal. Bien ahí.

2) Pero: el texto está, típicamente, lleno de frases provocativas, de impacto, demagógicas, en las que ni él cree, y que él mismo desdice. Frases demagógicas del tipo "Al gran pueblo tucumano, razones," o (la frase final) la solución debe darse "lejos de la judicatura...cerca del pueblo." Agrega además que "un poder judicial endogámico, repleto de castas familiares y fidelidades políticas no da legitimidad a sus decisiones.Resolver conflictos políticos a través de un dudoso poder judicial es potenciar el conflicto y politizar al poder judicial "Ahora, todo esto es inmediatamente negado por él mismo, porque ya desde el artículo de Página reconoce que  la “quema de urnas”, las prácticas de violencia y fraude político y todo desmán en un proceso tan sensible y relevante como una elección democrática deben ser, sin excepción, identificadas, castigadas y revisadas judicialmente." Pero entonces, master, en qué quedamos?????? La justicia es aristocrática, racista, endogámica, elitista, machista (y siguen las firmas), y los problemas deben resolverse políticamente, nunca por la judicatura... pero, caramba, resulta que justo prácticas como las de Tucumán deben ser "identificadas, castigadas y revisadas judicialmente". Entonces: todo lo dicho era pura demagogia. Él mismo reconoce que estos casos deben ser judicializados, más allá de la retórica y la pirotecnia verbal. Si esto es así, ahorrémonos la terminología que engaña.

(2') Un breve interludio, entre paréntesis, para esta frase: "Algunos idealizan a los jueces por la misma razón que idealizan a las personas: No los conocen". A otros, como a él, les pasa lo inverso: critican sin asco (a una justicia "elitista, machista," etc.), porque no conocen de quién están hablando. Si él supiera a quién está criticando al criticar el fallo de Cámara (al menos a uno de los jueces a quien indirectamente conoce), pediría disculpas por los insultos que ha proferido contra ese fallo y quienes lo firmaron. Pero cierro el paréntesis, que es personal, y sigo)

3) Está en el fondo el disenso/error sobre cómo pensar el control judicial. Digo disenso pero digo también error porque L.A. amaga por un lado, otra vez, hace piruetas verbales, pero la respuesta -lo reconoce sin querer decirlo- sabe que no es la que sugiere con fuegos verbales, y que está en otro lado. Digo por qué, pero primero un par de ejemplos. Vuelve a una frase de alto impacto, pero finalmente tan errada como hueca:"Los jueces serían guardianes de la democracia si la democracia fuese una cárcel, (cuando la idea refiere en verdad no a "carceleros" que impiden que "los presos" vivan el libertad, sino a "referís" que permiten que los jugadores hagan lo que quieran, mientras jueguen el juego). Vuelve a frases directamente demagógicas, en las que ni él cree, del tipo: "democracia es una práctica social que costó esfuerzo de generaciones de argentinos" . Esto es, contrapone a la justicia "aristocrática, oscura, opaca," a la que se refiere en el texto, con "la democracia de los argentinos", del pueblo. Todo muy bien. Ahora, la pregunta es: qué pasa si en esa democracia "producto del esfuerzo argentino" y el "gran pueblo tucumano", el gobernador, intendente u opresor de turno hace fraude? Lo controla la misma política mayoritaria que hizo el fraude? Lucas no puede decir que sí, y (como en el texto que escribió para Página) tiene que admitir lo contrario: el fraude debe investigarse, castigarse y revisarse judicialmente. Entonces, cuál es la concepción del control judicial que está defendiendo? La misma que niega en el texto. El juez "oscuro," "opaco", "aristocràtico", "dependiente", debe intervenir cuando hay fraude. Entonces: podemos disentir sobre los hechos -no que en Tucumán hubo fraude, sino cuál fue su dimensión- pero no debemos engañar sobre la teoría que suscribimos, dando señales de "democracia", cuando obviamente hacemos un llamado a un control "externo" a los propios jugadores políticos: un control judicial, que LA se obstina en negar, que insiste en agraviar, pero que no puede evitar que se le cuele por todos lados.

4) Y el cierre es en el mismo estilo: demagógico, de alto impacto, pero engañoso. Se insiste con la vuelta del pueblo  y, entre lágrimas de emoción, se nos dice que el problema lo debe resolver el valioso pueblo tucumano, porque la última palabra la debe tener el pueblo. Muy bien: que nos diga ahora qué se hace si hubo fraude; y cuán diferente es de lo que dijeron los Camaristas sobre el fraude: se vuelve a dar una elección, se vuelve al "gran pueblo tucumano". Entonces, batimos el parche democrático como en el cierre de un acto político, levantando el índice acusador contra los jueces, pero ya dijimos que los problemas de fraude los deciden los jueces. Y, contra ellos, decimos, conmovidos de pasión, que el que debe decidir es el gran pueblo tucumano, que es...exactamente lo que dijo la Cámara defenestrada: que decida el gran pueblo tucumano. Entonces, a pesar de la retórica, la diferencia no estaba en la intervención judicial (a la que insulta pero admite), ni en el resultado (hay que dar nuevas elecciones, totales o parciales, si hubo fraude), sino en la coyuntura, en los detalles del fallo. Pero entonces, dejemos el artificio verbal, no demos señales engañosas, y vayamos al análisis de los hechos, en lugar de amagar con la gran diferencia teórica.

En resumen: toda la pirotecnia, todo el insulto a la justicia, toda la retórica democratista, para reconocer que los problema de fraude deben ser judicializados, y que la solución no es otra (si hubo fraude) que la que dijo la Cámara: volver al pueblo. 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

tantos las notas de lucas como varias otras en ese sentido, incluida la del chusma zaffaroni, partieron de la falsa premisa de considerar que el fallo de la camara cuasi implicaba definir un ganador de la eleccion diferente al que surgio del proceso impugnado, cuando la decision implicaba realizar una nueva eleccion popular. cuanta indignacion sobreactuada.

ale h.

Anónimo dijo...

Lo que yo no entiendo muy bien es cual es la postura exacta de Lucas. Es decir, la justicia no debe anular una elección ni siquiera, por ejemplo, que se tuvieran todas las filmaciones de todos los discos duros mostrando cómo se vilentaron todas las urnas y sustituyeron todos los votos. SUpongamos que esa evidencia esté. Tampoco en ese caso la justicia debe intervenir? Se debe proclamar al gobernador fraudulento? Y la justicia solo se debe limitar a castigar a los culpables?

No te parece Lucas que es extremadamente peligroso grave y atentatorio contra la democracia lo que vos estás proclamando?

mc.